Otro matiz cultural: La pedantería











    Hoy me tocó volver al bachillerato ayudando a mi prima a elaborar uno de los trabajos que yo considero más inútiles y molestos después de las maquetas, es decir, un módulo  de impresión que abordara la temática de las manifestaciones musicales de Venezuela. Tanto ella como yo estábamos hartas de seguir trabajando en base a eso. Nos encontrábamos cansadas de leer por internet en qué consistía cada género, porque ya parece una letanía dentro de la educación hablar siempre de lo mismo.  Todo parecía aburrido hasta que ella me pregunta ¿ qué es el Calipso del Callao? ¿ eso realmente existe?, a lo que yo le respondo que sí, y que de hecho existe una canción hermosa llamada Woman del Callao que corresponde a dicha categoría. Mi prima por un momento no la reconoció hasta que la animé a escucharla, y el resultado fue el que esperaba; la amó totalmente y supo valorar su composición musical. Lo que al parecer llamó su atención, fue que dentro del tema hablaran en inglés. Dentro de sus esquemas no concebía cómo dentro de una canción venezolana podían incluir el inglés, si una de las críticas que se han venido manejado durante mucho tiempo atrás es el mezclar lo nuestro con lo foráneo. Evidentemente le expliqué que eso no es malo, sino que por el contrario resulta bastante positivo, pero no dejaba de parecerme lamentable que a ella le costara comprender cómo se pudieron fusionar dos culturas en una canción , aunque sé que no es culpa suya. Lo bonito es que ella después me pidió que la repitiera un par de veces, y que además buscáramos las dos por youtube el calipso de Trinidad y Tobago para comparar. Lo bonito fue que realmente le gustó y aprendió de ello; eso sí, aún sigo atónita con lo que previamente ocurrió, pero repito, no es  su culpa

       Para no desviar el tema hablaré un poco sobre Woman del Callao. No soy amante de la música venezolana, aún cuando crecí en este país y poseo la nacionalidad. La razón es muy sencilla, puedo respetar el hecho de que represente a las comunidades, el sentir y la identidad nacional, pero eso no me obliga a compartir el mensaje que muchos de esos temas transmiten; sin embargo Woman del Callao para mi es una excepción. Desde que la escuché amo la calidez, el ritmo, y por sobre toda las cosas que justamente aparezcan dos idiomas en la composición de la letra. Es una canción que indica que Venezuela no es el único país del mundo, y que sí es posible acoplarse a la diversidad cultural; de hecho no entiendo ni comparto el afán de creer y hacer creer que lo nuestro es lo que vale realmente, y que lo de afuera sólo busca devolvernos a la esclavitud de épocas previas a la actual gracias a las invasiones. Señores, eso no pasa, lo que realmente pasa es que vivimos todos dentro de un mismo planeta, y que hoy en día, gracias a los avances tecnológicos es preciso aceptar que en efecto no estamos solos, y que hay que bajarle dos a nuestra propia pedantería cultural. Es horrible cuando dentro del contexto escolar y social en general se educa bajo este pensamiento tan absurdo y para mí imposible de seguir, porque como bien lo plantea Fernando Savater, cada quien es libre de elegir lo que quiere por el simple hecho de ser persona.

      Pues bien, yo comprendo que toda nación necesita transmitirle a las generaciones siguientes sus manifestaciones culturales porque son  legado de la identidad de las mismas, pero ¿ llegar al punto ridículo y egocéntrico de insinuar que lo nuestro es oro y lo demás es barro?, en lo que a mi concierne es inaceptable, porque se cae en la tentación de asumir la pedantería como un estilo de vida que sólo queda en la teoría, pero en la práctica se evidencia todo lo contrario.

      Les colocaré un ejemplo sencillo de lo que quise decir anteriormente. De niña tuve la oportunidad de participar en un evento llamado Festival de la Voz Infantil. Éste era zonal , es decir, tuve que ir a varios colegios como una especie de gira a cantar. En uno de esos días me fue asignado interpretar el Canto a Caracas de Billo's Caracas Boys. Un tema hermosísimo, pero peca por utópico, o capaz no por la diferencia temporal entre la Venezuela de antier, de ayer y la de hoy.  Para aquel entonces yo contaba sólo con 11 años de edad, y cada vez que la practicaba me preguntaba ¿ por qué se habla tan bonito de Caracas si en realidad no es así?. Mentiría si les digo que actualmente no pienso lo mismo; es más lo reafirmo y pienso que aunque Billo's hizo un trabajo brillante a nivel musical, no es más que una falacia. No deja de ser como una especie de himno cuya letra es muerta, porque el " y es que yo quiero tanto a mi Caracas" no está a la vista cuando se recorre la triste ciudad capital del país. Vale, es muy deprimente, lo sé, pero no estamos para engañarnos.

      Retomando la idea inicial junto con éste ejemplo, la esencia de esta entrada es visualizar que de la pedantería cultural no podemos sentirnos orgullosos, principalmente porque la idiosincrasia y amor por nuestra patria parecen ser palabras que el viento se lleva constantemente.  En primer lugar ( y esta es una crítica muy repetida dentro del blog) es el empeño desmesurado de forzar a la gente a amar la cultura venezolana sin darle la oportunidad a los ciudadanos de palparla y disfrutarla lo que genera descuido y aversión. Un módulo de impresión, en mi opinión no sirve para ello, una maqueta tampoco, láminas de papel bond, portafolios, dibujitos para colorear y afines NO SIRVEN para eso. En el estudio y ejercicio de mi carrera he prendido que para enseñar hay que ser creativos, y más si se trata de un tema tan subjetivo y abstracto como la Cultura. Dichos trabajos no son funcionales por el mero hecho de ser decorativos, además resultan fastidiosos durante la elaboración, sin dejar de lado el gasto de dinero y tiempo que conllevan. Más entretenido es que si se va a hablar de música, facilitarla; si se quiere mostrar el patrimonio arquitectónico, escultórico o natural pues las visitas guiadas son una opción para promover el aprendizaje significativo, o si no se puede porque es complejo pues mediante la literatura se hace. Con esto muestro que muchas personas no valoran nuestras manifestaciones porque siempre han sido sinónimo de aburrimiento, de trabajo arduo para que al final termine en la basura. Si realmente existe el interés educativo de mostrar lo que es Venezuela hay que cambiar la estrategia, para luego señalar lo que  está fuera de nuestro alcance en pro de fomentar el respeto por el otro y la visión de igualdad, en palabras simples el " los demás aunque guarden sus diferencias son iguales que yo".  Ese sí sería un individuo nuevo del siglo XXI; Venezuela ya no debe estar a la merced de personas que critican sin antes conocer a los demás.

      En segundo lugar para ser pedantes se debería tener con qué, pero ese con qué no es real. La idea de elevar a Venezuela a los máximos altares ha sido invasiva, porque se ve en los medios, en las canciones, en la tradición, etc, pero resulta que  al final no  es más que una máscara. Caracas, por ejemplo, ya no posee  techos rojos, ni tampoco un lindo cielo. Lo que padece Caracas es un envejecimiento progresivo y al parecer irreversible por el mismo maltrato que le es propinado, y así como ella muchísimas otras ciudades a nivel nacional. Entonces si somos la mejor nación del planeta es tiempo de ir de la mano con lo que se predica, no al revés.  Y ojo, Venezuela no es el único país que sufre de pedantería cultural, existen muchos más.

      Para cerrar quisiera aclarar que con este post no quiero menospreciar a Venezuela. Amo a mi país por lo que es, y me preocupa ver que fenómenos como éste siempre han estado deambulando por allí y nadie se da cuenta por su propia ceguera inducida y por comerse millones de cuentos a diario. Si se quiere un cambio hay que comenzar por dentro para luego exteriorizar el verdadero orgullo nacional, no un vulgar intento .

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