Lo difícil de debatir en las redes sociales.




 Uno de los retos que siempre se ha impuesto la tecnología a través de las redes sociales ha sido mantenernos comunicados, bien sea compartiendo nuestros momentos y pensamientos a través de mecanismos audiovisuales, o de la palabra. Usualmente  nos enteramos de qué ocurre en  nuestro entorno y a las personas que tenemos cerca (y no tan cerca) gracias a esta posibilidad tan maravillosa que nos ofrece las comunicaciones en esta generación 2.0. Sin embargo, no todo el contenido que se exponga goza del agrado de los demás, y esto puede generar un ambiente muy incómo tanto para las partes en conflicto como para quien lo lee e inmediatamente se integran en la conversación. Esto ocurre porque, a diferencia de los debates serios, no existe una norma o un moderador que logre generar  estabilidad.

Hablando a título personal, yo soy una persona que ama el debate. Me gusta compartir lo que siento y pienso en un momento determinado. Procuro no asumir posturas parcializadas porque la idea en sí es llegar a una reflexión partiendo de lo que quiero transmitir. No obstante (y lo admito), he tratato de cohibirme de cierta forma a expresar mis ideas ante situaciones muy triviales, no por un temor a la polémica que se pueda generar, o porque alguien pueda decirme algo que me pueda callar, sino porque me carga emocionalmente y puedo yo incluso caer en una discusión. Antes las redes sociales me amargaban más que ahora porque siempre existía el individuo al que no le gustaba lo que publicaba, y eso no se quedaba allí. Las críticas eran duras con un argumento parcializado, y eso, sencillamente, no va conmigo. Creo que siendo dueña de cualquier perfil en cualquier red social puedo aceptar críticas y comentarios negativos, porque a fin de cuentas yo no quiero que mi forma de pensar se imponga o ser yo la acreedora de la verdad absoluta. Todo lo contrario. Me gustan los debates donde cada quien defienda su punto sin llegar a la agresividad, y ese elemento parece que las personas no quieren comprender, ni en internet, ni fuera de éste. Lamentablemente, para la gente que le gusta ser así, yo no soy de esas personas que insulta, pero si soy bastante rígida cuando sus palabras sobrepasan mis niveles de aceptación. Esa es la razón por la cual yo personalmente carezco de interés actualmente para comunicarle a los demás lo que pienso o siento, porque más de uno o lo mal interpreta o se siente aludido, y no puede ser así, pero ocurre.

Varias personas me han comentado  que  tengo que aprender a  aceptar comentarios de cualquier índole si escribo algo en un medio masivo. Es cierto, y quizás eso en momentos acalorados en una discusión se me puede pasar por alto. Sin embargo, considero que si el tema ya está bastante caliente a nivel emocional, llegar con la agresividad y tratar de imponer un punto de vista en particular no es la mejor forma de establecer un debate o una conversación sobre un tema determinado. Insisto, yo puedo aceptar las críticas negativas en contra de cualquiera de mis publicaciones, pero lo que no acepto es la intoleracia y la agresividad. Particularmente yo suelo escribir cosas muy polémicas, no porque desee una gran cantidad de atención o likes, sino porque ante situaciones determinadas hago catarsis escribiendo, y me parece correcto que, ante un problema, podamos discutir y llegar a una conclusión lo más acertada posible, así la solución esté directamente en nuestras manos o no, pero venir con ataques porque fulanito o menganito tiene experiencias previas que lo cargan irrumpe contra mi concepción de un debate. Me genera incomodidad, y a los demás también. Por eso, para evitar el spam y herir sensibilidades, he prefierido quedarme callada en muchas oportunidades y tragarme entero lo que me desagrade de las publicaciones de los demás, porque al final del día esa es su opinión, y me fastidia entrar en una pelea en la que nadie va a ceder. El tiempo le dará la razón a quien respectivamente la tenga.

En conclusión, para mi lo más difícil de establecer un debate vía web, es que no se puede controlar tan fácilmente las emociones y acciones de las personas, y por más que uno maneje un discurso pacificador, por mucho que uno se trate de poner en los zapatos de los demás para entenderlo, no va a bajar la dosis de adrenalina e ira que el otro pueda sentir ante el rechazo a lo escrito. Mi consejo , queridos lectores, es que si escriben un post que resulte polémico, sean los moderadores de sus ideas, y si ustedes son los que van a contestar la idea de alguien más, que vaya cargada de valores como el respeto y la tolerancia. Los puntos de vista se pueden defender siempre teniendo posturas neutras, asumiendo los posibles errores que hay de por medio, pero sin doblegar lo que se cree a menos de que la situación se de para eso. Por mi parte, yo pienso seguir en el plan de muchas personas de no publicar y no dejarse provocar por otros. El que quiera hablar conmigo conseguirá entendimiento, pero siempre y cuando se maneje con las normas de cortesía y de respeto básicas para hacer del debate algo serio, no un río de críticas que no llevan a nada sino a un mal rato. 


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