Un enemigo aparente silencioso: El Bullying



Qué triste retomar el blog con un tema de esta naturaleza, pero ante la realidad es necesario plantearlo.

Como es habitual siempre nos enteramos de malas noticias, pero esta semana en particular la prensa venezolana ha reseñado dos casos muy lamentables en sus portales y columnas relacionados directamente con el acoso escolar, o bien conocido como bullying. En países como México, por ejemplo, es tan conocida esta forma de violencia que ya hasta los medios de comunicación realizan campañas para crear conciencia sobre su gravedad y tratar de prevenirlo, pero ¿qué pasa en Venezuela que no se hace al respecto? ¿existe realmente el acoso escolar en los planteles venezolanos?

... La respuesta es afirmativa, y es más común de lo que se cree.

En mi post de hoy no quiero hablar técnicamente sobre el bullying, porque para eso pueden con más calma consultar portales en internet e instruirse. Lo que quiero es hacer un llamado de atención a todos aquellos que participan de forma activa en el quehacer educativo, véase padres, profesores, y personal administrativo de "x" institución académica y comunidad. 

Este no es un problema nuevo, y creo que muchos en alguna oportunidad fuimos víctimas de acoso escolar, en mayor o menor escala, pero lo fuimos, y es impresionante como ésta ha sido una práctica que ha pasado de generación en generación y no se hace absolutamente NADA concreto, Ahora bien, no menciono entes gubernamentales porque eso pertenece a otro ente al que hay que recurrir cuando ya se sale de control el abuso, pero ¿de verdad hay que llegar a eso? NO. Es deber de todos prevenir la práctica indiscriminada del bullying. Pero bueno, sin más preámbulos enumeraré uno por uno a quienes yo siento que tienen el poder de atacar y prevenir estos hechos tan deplorables, mencionando lo que hacen mal y como, desde mi experiencia pedgógica, se podría resolver:

Padres: El hogar es la primera escuela para todo ser humano y la familia la forma primaria de socialización. En sus manos está educar en valores a sus hijos; eso no es deber exclusivo de las escuelas, no... ES DE USTEDES. Yo puedo comprender que  amen a sus niños, pero creo que no se puede estar consintiendo cada cosa que hagan. Hay que enseñar que todos merecen respeto, y que nadie se merece que lo maltraten. Si usted, papá o mamá, es de los que piensan al estilo "mi hijo es perfecto" siento de decirle que está errado. Los niños son esponjas, necesitan de modelaje y correcciones cuando se equivoquen, solo así  podemos formar buenos y mejores ciudadanos. Otra cosa, cuando el maestro aplique medidas correctivas, a menos de que sea algo extremadamente delicado, no interfiera de forma agresiva e invasiva. Trabajen en conjunto para educar de verdad; de nada sirve desautorizar porque el daño se lo están haciendo al chiquillo. 

Maestros: Ya en otras entradas he hablado de que nuestra profesión es realmente vital para cualquier sociedad, ya que favorece su avance y desarrollo con miras al futuro. Pero como todo, es un ejercicio repleto de muchísima responsabilidad, ya que no estamos interceptando con simples objetos, sino con PERSONAS. En nuestro quehacer es INDISPENSABLE no limitarse a impartir los contenidos ya establecidos en el currículum, sino formar para la vida, y eso implica no sólo la resolución de problemas sino también los valores. Siempre deben establecerse las normas de convivencia desde el inicio (consensuadas con el grupo, por supuesto, y eso aplica hasta con los más pequeñitos) y velar porque éstas se cumplan. Hay que enseñar que todo acto tiene su consecuencia, positiva o negativa, pero la tiene, y que para las malas acciones hay SANCIONES. Esto último pareciera ser un tabú entre los maestros. Por lo que he visto pareciera que se consiente hasta lo que no se debe, pero no, ese es un error. Repito, la escuela es para formar, para que los muchachos nunca olviden  lo que aprendieron no sólo a nivel conceptual, sino que recuerden lo procedimental y lo actitudinal. Hay que fomentar el respeto, la tolerancia y la igualdad, no sólo hacia los compañeros sino también hacia los profesores, personal administrativo y obrero del plantel, y ¿porque no? hasta respeto por el señor que vende heladitos a las afueras del colegio. Que la niña o el niño más callado y retraído no es un "gallo", o que el niño que escuche música japonesa, por ejemplo, no es un "raro" ni "anormal". Es absurdo, me sigue pareciendo ridículo y negligente que, a pesar de nuestra formación, se nos olvide al llegar al aula cómo debemos hacer nuestro trabajo, bien sea por flojera, o porque de pronto sentimos favoritismo por un niño o grupo de niños y automáticamente ellos pasan a ser la ley de todo el salón. Recuerdo que en el primer día de clases en mi carrera lo primero que nos indicaron fue que no debemos etiquetar a ningún estudiante por razones más que obvias, entonces ¿ por qué insistir en eso?. Al igual que los padres somos un modelo para los chicos, y si ellos ven que no participan en la construcción de las normas de convivencia, que aunque ya estén establecidas no se cumplen , y que el profesor me quiere a mi y a los demás les da igual, van a tomarse atribuciones que no son las más correctas. 

Qué necesario es esto, de verdad.

El bullying es un enemigo medianamente silencioso en los planteles educativos de muchos países, no sólo en el mío, porque incluso en México, que se toman tantas medidas y campañas, sigue remontando la lista en los rankings de países con mayor práctica de bullying del mundo. Éste es un tema delicado que no se le toma en serio. Es imprescindible trabajar mancomunadamente para que podamos entre todos formar más y mejores ciudadanos. No es sólo responsabilidad de papá, mamá, o el maestro, es tarea de todos sin excepción.

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