¡Hola, estimados lectores!, espero se encuentren estupendo.
He vuelto al blog. Mantuve un tanto este espacio "descuidado" porque quise tomarme algunos días libres; pero hoy Algo que Contar estrena su primera entrada del año.
Como todos saben hoy es el Miss Universo 2015, una festividad que ya es tradición global, reuniendo así a millones de personas del mundo para observar a las hermosas candidatas que representan a cada uno de los países que entran al certamen. Aunque yo no soy amante de los concursos de belleza, siempre termino encontrándome con detalles de los mismos, y más cuando son de escala e importancia tan grande como el Miss Universo.Este año no fue la excepción, aunque a diferencia de oportunidades pasadas me sorprendió enormemente los atuendos tradicionales de las modelos, en especial el de Venezuela.
Me perdonarán los expertos en moda y los grandes fans de este gran evento ( el cual dejé de sintonizar hace mucho tiempo), pero no comprendo qué pasó este año. Hasta donde llega mi memoria recuerdo a un Miss Universo donde las participantes resaltaban por ser realmente hermosas, y lo más importante, por ser sencillas de los pies a la cabeza. Oh... creo que es justo por eso que me "pierdo", desde hace unos cinco años más o menos, esta fiesta mundial
No tengo ánimos de criticar a quien me representa ( a pesar de que, dada la situación actual de Venezuela hace que menos me interese la fiesta de la belleza universal), tampoco disminuir el esfuerzo , la dedicación y la paciencia que tuvieron las muchachas para llegar a donde están, diciendo que lucen horribles u otro tipo argumentos tan vacíos como ese, pero sí me hace ruido y me genera cierto disgusto ver la metamorfosis que ha sufrido un evento que no sólo se limitaba a evaluar y premiar la belleza física, sino la seguridad y la sencillez con la que ésta iba acompañada. Siento que el mensaje que Miss Universo transmitió en su momento ha cambiado tanto, que ese concepto de cierto grado de humildad y "normalidad"ha disminuido considerablemente, al punto de volver a las participantes en barbies raras adentradas a la cultura pop llevada al límite de la exageración.
Sé que el concepto de belleza es algo completamente subjetivo, y que nunca se logrará llegar a un acuerdo que determine qué patrón físico puede ser considerado como hermoso al unísono ( seamos honestos, no ha pasado y no creo que pueda ser posible), pero de lo que sí estoy segura, estimados lectores, es que conforme pasan los años es cada vez más notorio el hecho que este tipo de eventos están más prestos al materialismo que otra cosa. No quiero decir que, dado a la era en la que nos encontramos sea necesario realizar ciertas modificaciones para brindar un show contextualizado y de altura, pero la realidad es que están fallando en mi opinión, cuando no muestran al público mujeres, sino... rarezas con mucha o poca tela encima. Innovar no radica en ser más extravagante, sino en romper paradigmas usando como vehículo una personalidad que sea capaz de impresionar a los demás.
Como todos saben hoy es el Miss Universo 2015, una festividad que ya es tradición global, reuniendo así a millones de personas del mundo para observar a las hermosas candidatas que representan a cada uno de los países que entran al certamen. Aunque yo no soy amante de los concursos de belleza, siempre termino encontrándome con detalles de los mismos, y más cuando son de escala e importancia tan grande como el Miss Universo.Este año no fue la excepción, aunque a diferencia de oportunidades pasadas me sorprendió enormemente los atuendos tradicionales de las modelos, en especial el de Venezuela.
Me perdonarán los expertos en moda y los grandes fans de este gran evento ( el cual dejé de sintonizar hace mucho tiempo), pero no comprendo qué pasó este año. Hasta donde llega mi memoria recuerdo a un Miss Universo donde las participantes resaltaban por ser realmente hermosas, y lo más importante, por ser sencillas de los pies a la cabeza. Oh... creo que es justo por eso que me "pierdo", desde hace unos cinco años más o menos, esta fiesta mundialNo tengo ánimos de criticar a quien me representa ( a pesar de que, dada la situación actual de Venezuela hace que menos me interese la fiesta de la belleza universal), tampoco disminuir el esfuerzo , la dedicación y la paciencia que tuvieron las muchachas para llegar a donde están, diciendo que lucen horribles u otro tipo argumentos tan vacíos como ese, pero sí me hace ruido y me genera cierto disgusto ver la metamorfosis que ha sufrido un evento que no sólo se limitaba a evaluar y premiar la belleza física, sino la seguridad y la sencillez con la que ésta iba acompañada. Siento que el mensaje que Miss Universo transmitió en su momento ha cambiado tanto, que ese concepto de cierto grado de humildad y "normalidad"ha disminuido considerablemente, al punto de volver a las participantes en barbies raras adentradas a la cultura pop llevada al límite de la exageración.
Sé que el concepto de belleza es algo completamente subjetivo, y que nunca se logrará llegar a un acuerdo que determine qué patrón físico puede ser considerado como hermoso al unísono ( seamos honestos, no ha pasado y no creo que pueda ser posible), pero de lo que sí estoy segura, estimados lectores, es que conforme pasan los años es cada vez más notorio el hecho que este tipo de eventos están más prestos al materialismo que otra cosa. No quiero decir que, dado a la era en la que nos encontramos sea necesario realizar ciertas modificaciones para brindar un show contextualizado y de altura, pero la realidad es que están fallando en mi opinión, cuando no muestran al público mujeres, sino... rarezas con mucha o poca tela encima. Innovar no radica en ser más extravagante, sino en romper paradigmas usando como vehículo una personalidad que sea capaz de impresionar a los demás.
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