Un Superhéroe de verdad. Si, los superhéroes existen



     Desde muy pequeños nos han mencionado, o en su defecto hemos visto diversas modalidades de superhéroes. En un principio los ilustran para nosotros como seres invencibles y con unas capacidades tanto físicas como cognoscitivas impropias de la naturaleza humana. Justamente por poseer esas características sobrenaturales se les ha admirado durante siglos, sin importar la antigüedad de los personajes o su lugar de procedencia. El observar con agrado las hazañas que se ven planteadas en cada una de las historias es un hecho que nunca pasara de moda, por lo tanto es un sentir generacional. 
     
     Otra modalidad de héroe la encontramos en policías, bomberos, médicos, etc. No tienen superpoderes, pero su trabajo es prácticamente el mismo que el de un superhéroe de Marvel ó DC Comics. Son personas admiradas por su valor al momento de resolver cualquier tipo de contingencia, además de tener innato el sentido de humanidad y solidaridad. Ahora bien, es muy difícil que esa visión impecable perdure, y más cuando ocurren momentos de colapso que pueden sacar al flote el lado negativo de los mismos, o peor aún, cuando la corrupción los vuelven villanos y la situación se sale fuera de control. 

     Lo cierto es que el concepto de "Superhéroe" ha recorrido cada rincón de nuestro globo terráqueo durante muchos años, y es precisamente por esa trayectoria que se ha interpretado, asimilado y adaptado a la realidad de las naciones. Tristemente y como mencioné en líneas anteriores, esa percepción positiva de lo que es ese ser increíble sólo se ha quedado en los comics, las películas y en la imaginación de cada persona, puesto que en la vida real los males nos siguen atacando, y cada vez hay menos personas capacitadas para defendernos o cuidarnos. Lo que muchas veces no entendemos es que ese héroe si existe, y se encuentra dentro del corazón de cada uno de nosotros.  

    Es muy probable que por nuestra condición humilde y humana no tengamos la capacidad de teletransportarnos, super fuerza, visión rayos X, o cualquier otra habilidad que no es inherente a nuestra naturaleza, así como tampoco una manguera para apagar incendios a la mano, o en su defecto un arma para atrapar a cuanto ladrón o asesino aparezca en el camino, pero hay algo que si tenemos y es un don muy sencillo, pero que no todos desarrollan por desinterés, o porque la actualidad  exige ser el antagonista: La buena voluntad. 

     Con frecuencia hemos escuchado sobre la buena voluntad, pero ¿ qué es eso? . La buena voluntad no es más que aquellas acciones dirigidas a todo aquel que necesite, sin distinciones ni prejuicios absurdos, comprendiendo de esta manera  que todos somos iguales, y que tenemos derecho a ser protegidos y queridos. Capaz suene muy cursi, pero esa es mi propia concepción, y no ha sido de gratis o adquirido por la lectura de un libro. La misma experiencia de trabajo en lugares donde existen necesidades reales me lo ha hecho entender.  En palabras sencillas: Ser y servir.

     Es incalculable el número de personas que sufren por diferentes motivos a diario, y para la sociedad esas carencias son sólo sombras escondidas. Nadie se pone en el puesto de otra persona que sufre hasta que le toca presenciar el dolor en su máxima expresión. Ese sufrimiento, pesar, angustia, o como quieran llamarlo, no distingue clases sociales, sexo, edad, nacionalidad, color de piel, etc. Todos somos vulnerables y estamos propensos a pasar por una situación de crisis que nos cambie la vida de un segundo a otro. Es muy triste, pero ese es nuestro ciclo. La vida me ha colocado en contextos de trabajo,  cuyas diferencias han estado bien marcadas, desde lugares donde se derrochan o se valora la vida solo por los bienes materiales, hasta sitios donde llegar es bien complicado dada la lejanía con la ciudad y donde los servicios llegan con dificultad, sin dejar de lado un centro de salud a punto de caerse y donde los padres hacen millones de diligencias al día para ayudar a sus hijos. Todo eso permitió que en mi formación se agruparan un conjunto de experiencias significativas que me colocaran en un punto medio y reflexivo en mi vida personal. Hoy por hoy sólo pienso en cada niño que no puede comer porque su colegio no tiene alimentos en las tardes, en cada niño con cáncer que atendí en mi rol de docente, e incluso en aquel niño que lo tiene todo a nivel material, pero que carece de afecto familiar. Otro escenario que he tenido que vivir, es el sufrimiento de gente que quiero por alguna enfermedad que les ha aquejado, a ellos o a su familia, y personas que me rodean que han sido víctimas de bullying o de acoso. No dejo de preguntarme ¿ cómo estarán?,  y siento una ansiedad inquietante por querer y poder verlos nuevamente y cerciorarme de que por lo menos lo mínimo tienen a su alcance: amor, educación de calidad , alimentación, y un trato digno.

     No les voy a mentir, sufrí en todos los casos, porque como cualquier persona normal me sentí mal por no poder ayudar más de lo que podía, pero así es la vida, no todo se puede lograr. Sin embargo en mi corazón queda la satisfacción de no haber dejado a ninguno que me ha necesitado solo, y que mi voluntad para ayudar al otro nunca  ha faltado. Igualmente estoy agradecida con la vida por ponerme un tesoro de lección para que aprendiera y aplicara: Servir a los demás sin esperar nada cambio.

     Retomando el tema de los héroes, sí se puede ser uno. Se puede dejar una huellita en el alma de quien pudiste ayudar. Eso no es algo que se debe quedar en libros como La Biblia, o en los comics. Puede resultar que la experiencia sea dura, pero se va adquiriendo la fortaleza anímica suficiente para estar de pie a medida que se va  interactuando en ese contexto.

      Puede que se pregunten, mis queridos lectores, entonces ¿ cómo puedo ser un héroe?. Basada en mis aprendizajes dejaré un par de consejos que son muy útiles y funcionales.

1. No sientas aversión: En palabras sencillas no pongas prejuicios ni temores de por medio al momento de ayudar a alguien. Lo que menos esa persona va a querer es ver que lo que estás haciendo lo haces de mala manera.

2. Deja el temor: El miedo a lo desconocido siempre existirá, pero no por eso debes sentirte nervioso y dar mensajes erróneos cuando estés en momentos difíciles. El valor da fuerza. Ármate de él.

3. Llega hasta donde debas llegar: Esto quiere decir que no te rehúses a visitar un hospital, un barrio, una casa pobre, o el hogar de alguien enfermo. Tu ayuda siempre será un bastón para que quienes necesitan puedan seguir caminando.

4. Dona : Piensa en que en este preciso instante alguien debe necesitar sangre, comida, ropa, útiles escolares, lo que sea. Si se trata de salud, siempre y cuando estés en condiciones de hacerlo, dona sangre. Tú podrías salvarle la vida a alguien que lo necesite o alargársela lo más posible. A nivel material, lo que no utilices y está en buenas condiciones, dáselo a alguien que de verdad prescinda de ello. Si ese no es el caso, o sencillamente no puedes, corre la voz y busca a quien si pueda. Informar al resto es un aporte valiosísimo.

5. Educa: Siempre que lleves ayuda no olvides enseñarle a tu beneficiario valores. Edúcalo para que pueda salir adelante por sus propios medios en un futuro, y motívalo a ser mejor.

6. Participa: Sé activo en voluntariados y en jornadas que beneficien incluso a los animales.  No rechaces tu Servicio Comunitario. Piensa que mientras tú pierdes el tiempo diciendo " no lo haré", hay una voz sin nombre que está esperando por ti.

7. Apoya: Sé esa palabra de aliento, ese abrazo y esa esperanza para quien ayudas.

8. Ama : Esta es una de las que yo considero más importantes. El amor lo puede todo, y eso no es mentira. Cuando le das amor a alguien desahuciado o triste es mucho en lo que colaboras. Eso se sabe apreciar y asimilar.


      Como bien dije arriba, esto lo he aprendido después de cuatro años de ejercicio como pasante en mi profesión. Aprendí que los héroes existen, y que yo soy una, así como las millones de personas que se involucran de manera incondicional para ayudar al que más lo requiere. La invitación, mis estimados lectores, es a que no se nieguen y se atrevan . ¿ Quieres conseguir paz? pues sirve y colabora. ¿ Quieres que existan cambios? sé protagonista de ellos.  En tus manos está el poder de cambiar la realidad de esa voz anónima que luego se vuelve conocida. Es tus manos está sacar de las sombras a quien vive en oscuridad. En tus manos está ser un Superhéroe.

Madeline Rodríguez.

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