Todos tenemos familia o conocidos extranjeros. Muchos llegaron a Venezuela desde muy jóvenes porque su país estaba en guerra o por encontrar una mejor calidad de vida que permitiera la formación de un legado sólido para las futuras generaciones. Sin importar la nacionalidad, el idioma, la edad, el sexo o la religión, la historia de la gran mayoría es conocida y contada bajo líneas similares. Hoy por hoy un buen grupo de ellos mantienen en Venezuela empresas grandes e importantes, brindando empleo inclusive a los mismos venezolanos, contribuyendo así con el desarrollo económico de la nación, situación que es normal en cualquier país del mundo. Sin embargo algo está ocurriendo. Desde hace un tiempo para acá llevo escuchando y leyendo quejas e improperios sobre personas que no poseen nuestra nacionalidad, aún cuando el mismo venezolano no saca provecho de lo que tiene. Entonces ¿ qué ha pasado con la imagen del extranjero para nuestra gente?, ¿ son amigos o enemigos?.
He tenido la fortuna enorme de conocer a personas de diversas nacionalidades. A todos les guardo mucho cariño y respeto, ya que sin importar las diferencias culturales, me han ofrecido aprender sobre su forma de vivir para poder apreciarla. Esto ha hecho que yo madurara a nivel personal. Entendí que no hay cultura buena ni mala, sino simplemente modos de vida distintos al mio, y que son valiosísimos para mantener una convivencia sana y respetuosa. Así como yo muchos han tenido la dicha de compartir con personas de otros países, bien sea porque viven aquí, porque se conocieron en un viaje, o porque las redes sociales así lo favorecieron. No importa, lo que cuenta es el aprendizaje que eso deja en cada quien. Ahora ¿ qué ha ocurrido con el resto que no tuvo o no tiene esa oportunidad? sencillamente se han encargado de profesar prejuicios y correr tabúes entre la población que no son del todo ciertos, dejando de lado el sacrificio humano que le ha tocado hacer a cada persona foránea a nuestro país para tener lo que tiene y ser como es.
Tengo mucho tiempo escuchando quejas y mentiras sobre los extranjeros en todas partes, y una de las más comunes ( y la que yo considero la peor y más estúpida de todos) es: Los españoles, portugueses, italianos, chinos, colombianos, etc vienen a aprovecharse de los recursos de Venezuela a beneficio propio. Bien, procederé a explicar mi punto de vista con respecto a esa afirmación.
Al inicio del post mencioné que la trayectoria de cada persona que salió de su nación para quedarse en Venezuela ha estado marcada por etapas fuertes, y que con todo y eso lograron residenciarse en esta "tierra de gracia" ( en los años mil seiscientos). Aunque no conozco del todo bien la historia de cómo mis abuelos paternos ( portugueses) llegaron a este país, si conozco la de una señora alemana a quien quiero muchísimo, ya que formó parte importante en mi crecimiento académico y personal en el bachillerato. Ella pisó tierra venezolana escapando de la Segunda Guerra Mundial. Una vez estando aquí le tocó aprender el español
(una tarea bien compleja dada la dificultad de nuestro idioma) y trabajar duro junto con su esposo para luego comprar la casa que tienen. Una vez estando abuelita ( aunque ni tan abuelita porque siempre ha sido una señora guapísima y rígida a pesar de su edad) dentro de su mismo hogar comenzó a dictar clases particulares de inglés, matemática y física, así como también cursos propedéuticos para presentar las pruebas internas de universidades como la UCV y la UCAB ( cuando esa era la modalidad de ingreso). Así la conocí yo, en medio de mis desesperados intentos por aprender y aprobar matemática, cátedra que ha sido mi enemiga número 1 desde siempre. No sólo aprendí matemática con ella, sino también aprendí a hablar el inglés que luego reforcé en un instituto especializado, y un poco de alemán. Esa fue mi primera experiencia grata con una persona que no guarda mi nacionalidad, pero sí todos los valores y principios que un ser humano debe poseer para ser realmente completo. Posteriormente vinieron más y siguen llegando, tanto así que mis amistades llegan hasta el otro lado del planeta, por citar un país les dejo Corea del Sur. Es muy triste, pero todos han sido víctimas dentro de territorio venezolano en reiteradas oportunidades de insultos y maltrato moral por parte de muchos venezolanos ( quiero aclarar, no todos somos así) pero sí conozco episodios donde lo he visto yo personalmente y donde mis propios amigos y familia han lo han vivido.
Me tomaré la atribución de desmentir esa permisa o tabú que comenté: No, los extranjeros no vienen a aprovecharse de nada. ¿ Cuál es el problema real? que el extranjero ha sabido utilizar lo que el propio venezolano no ha hecho por cómodo. Insisto, son muchísimos los que le dan empleo a nuestra gente y les pagan dignamente. Sin importar la rama a la que pertenezcan, lo hacen. Otra cosa que le chocha a la gente de este país son las manifestaciones culturales distintas a las nuestras, y eso se ha prestado para ser comidilla y epicentro de pésimos comentarios. Lo irónico y hasta chistoso del caso es que, aunque se siga difamando, el venezolano sigue en el siglo XXI prescindiendo del portugués que vende pan, del árabe que vende electrodomésticos, del chino que tiene un abasto bien cargado, y del español que posee sus fábricas.
La falta de respeto y conciencia afecta a todo aquel que sea venezolano pero que no piensa de esa forma, por ejemplo yo. No hay cosa que me arda más en las venas que escuchar absurdos como : se aprovechan de lo nuestro. Yo admito, muchas veces no me lo he callado, y sencillamente mi respuesta comienza con una pregunta : ¿ Y es que acaso el venezolano ha sabido aprovechar lo que tiene? tal vez si eso fuese así los extranjeros tendrían solo la mitad de lo que tienen. Encima de eso tampoco defienden a su país de "invasiones a la soberanía" porque si nos detenemos a observar, la mayoría de convenios que se han firmado a nivel internacional y que ha permitido que el número de personas foráneas a Venezuela haya crecido con el pasar de los años para favorecer "labores gubernamentales" no ha sido más que culpa del mismo venezolano por complacer, aplaudir y callar. ¿ De qué se quejan tanto? si ni siquiera se quiere al país como es. ¿ Cómo es posible que las calles estén llenas de basura y de huecos ? ¿ cómo se justifica el hecho de que nuestro patrimonio cultural y natural siga siendo violentado y maltratado? ¿ cómo es posible que los niños sigan creciendo en una sociedad con tantas coyunturas morales?. El día en el que el venezolano entienda que no ha cuidado lo suyo como es, será el momento en el que se corrijan los errores y se deje de culpar a quienes han venido a hacer lo que tienen que hacer, y lo que haríamos cualquiera de nosotros si nos mudáramos a otra nación.
Para poder hablar o criticar a otras personas por las diferencias culturales, o en su defecto por sacarle provecho a lo que nosotros todavía no hemos asumido que es nuestro, deberíamos detenernos y hacer las siguientes preguntas ¿ quiénes somos para decir que nuestra cultura es mejor que otra? ¿ quiénes somos para criticar otros modos de vivir? ¿ quiénes somos para venir a insinuar que otros nos han venido a robar, cuando hemos sido tan descuidados con lo nuestro que sólo recordamos que tenemos los recursos cuando nos conviene?. Es importante hacer consciente las respuestas y educar a todo aquel que manifieste argumentos tan vacuos, carentes de sentido y llenos de mucho melodrama. Y a ustedes, estimados lectores venezolanos , les invito a que abran su mente y seamos la voz del cambio real y contextualizado. Estamos en el sigo XXI con un mundo globalizado e interconectado. Atrévanse a conocer personas que no guarden su nacionalidad, quiéranlas y respétenlas por su condición de SERES HUMANOS. Aprecien a su país de verdad, luchen por él todos los días y eduquen. Sólo de esta manera podremos madurar como sociedad y dejaremos de culpar a quienes no tienen la culpa de nuestro deterioro.
Madeline Rodríguez.
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