Aprender a atreverse



Aprender a atreverse
Cuando atreverse es el sinónimo mismo de vida

 


       Ayer tuve la oportunidad de asistir al 5to Festival de Hallyu celebrado en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela acá en Caracas. Para los que no saben en qué consiste, los pondré en contexto antes de continuar esta anécdota. El Festival de Hallyu no es más que un evento donde la comunidad amante del KPOP ( Korean Pop), dramas y la cultura coreana se reúnen  para ver proyecciones de los idols de Corea y presentaciones de distintas coreografías y canciones que pertenezcan a la Ola Coreana, la cual ya muchos saben, se ha expandido sin descanso por el mundo desde hace unos años. Ya comentado esto, prosigo con el episodio de ayer. 

       Momentos antes de entrar a la locación, varias personas decidieron mostrar sus dance covers 
(coreografías) de distintos Idols KPOP. Casualmente uno de mis amigos participaba en ese momento. Él estaba bailando para el publico una canción llamada Mirotic, interpretada por TVXQ, uno de los grupos más famosos de Corea y por supuesto mis ídolos desde hace ya seis años. Yo observaba su presentación y cantando el tema, cuando de pronto aparecen tres chicos ( asumo yo, estudiantes de la UCV) y se sitúan justo a mi lado para ver lo que ocurría. En ese instante comenzaron a ver de forma extraña a todos los que estábamos coreano la canción, y uno de ellos,  con una risa burlona y sarcástica, dijo : Yo no entiendo cómo puede haber gente a la que le gusta este tipo de canciones sin letra. ¿ A quién puede en su sano juicio gustarle esto?. Me resultó un comentario completamente ofensivo, pero recordé que no valía la pena someter a discusión un simple gusto, quizás mucho más decente que el que este chico puede tener. Una vez dentro del Aula Magna se repitió la situación, pero con unos muchachos que estaban sentados detrás mío. Ellos se  burlaban de las canciones y de los fans en general  diciendo: Aquí están los fanáticos de los "chinos", y de paso no cantan. Nuevamente me enardecí, porque aunque yo no sea una fan completamente activa en la Ola Coreana acá en Venezuela, siento que nadie se merece que le falten el respeto de esa forma, y menos cuando una Embajada es quien propicia esas actividades  que, aunque muchos quieran o no, son necesarias porque son CULTURA. 

       Esto no termina aquí. En la noche conversando un poco con un amigo sobre una situación similar , pero que fue él a quien le tocó vivirla , llegamos a la conclusión de que esto ocurre cuando la gente no se atreve a conocer, y muchas veces no conocen no porque no pueden, sino porque no quieren. Es sencillo, ego y flojera unidos para una misma causa. 

      Partiendo de este nuevo cuento, surge en mí la necesidad de comentar un poco sobre esta desagradable situación. Es IMPRESCINDIBLE aprender a atreverse y aprender a conocer lo que no tenemos ni vemos. Una de las cosas que hace a un ser humano completo  son justamente las experiencias acumuladas de vida, producto de los viajes, la música, la literatura, en fin , el contacto con otras maneras de vivir y sentir. No es un crimen que una persona sea capaz de adaptarse y apropiarse de otras culturas, tanto así que las sienta y asuma como suyas. Ese es mi caso con la cultura coreana y algunos rasgos emblemáticos de otros países. Siempre estaré agradecida con el destino por colocar en mi camino eventos que hicieran que yo misma me diera permiso de conocer sin prejuicios un sin fin de personas extranjeras o amistades que sepan y transmitan el legado de otras naciones, aún siendo venezolanos. Hoy por hoy me siento feliz de tenerlos, porque gracias a ellos tengo un banco bien amplio de valores y anécdotas que enriquecen mi existir. No me quejo de nada porque realmente me siento alguien íntegro, capaz de respetar y tolerar a los demás. Puede que antes de eso yo haya guardado muchos prejuicios en mi, pero durante seis años consecutivos he reflexionado y cambiado apoyada precisamente en el reconocimiento al otro, sin importar de donde venga o lo que haga. Así como yo muchas personas se han atrevido y se siguen atreviendo a soñar y salir de su Zona de Confort. 

     Puede que la generación de nuestros padres y abuelos sí mantengan prejuicios, pero para aquel entonces el contexto era otro. La tecnología era totalmente rudimentaria. ¿ Internet? ¿ qué era eso? . Sólo existían los libros con una información muy general sobre el mundo exterior ( tengo varios, por eso lo comento). Sin embargo muchos para la época se atrevieron a aventurar por el mundo hasta  de mochileros con la finalidad de enriquecerse y lo lograron.  Entonces si eso es así ¿ por qué muchos de la generación del siglo XXI mantienen tabúes sobre lo que no conocen? . Desde mi punto de vista es completamente estúpido e inadmisible que si hoy contamos afortunadamente con la tecnología como aliada se siga manteniendo ese patrón de criticar lo desconocido.

     En nuestros días  la información es completamente accesible a todo aquel que pueda tener acceso a internet. Existe un sin fin de dispositivos móviles para investigar inmediatamente lo que sea. Las computadoras son cada vez más avanzadas y los software para éstas son de gama  alta para cumplir con los requerimientos de las mismas. En Internet hay muchos portales con información, bien sea escrita o audiovisual. Es más, se pueden conseguir visitas virtuales a distintos rincones y lugares emblemáticos de nuestro globo terráqueo. ¿ Aprender un idioma? hoy puede ser autodidacta, ya que existen numerosas páginas web y software que enseñan el idioma que se quiera. Unos pueden ser pagos y otros gratis, pero lo importante es que están allí a nuestra disposición las 24/7. ¿ Qué quiero decir con ésto? que si no se cuentan con los recursos o un pasaporte para viajar de un lado a otro, el internet , junto con las redes sociales son una herramienta poderosa para conocer y enamorarse de lo que no tenemos al alcance de nuestras manos. 

     Otra forma accesible de "cureosear" es mediante los eventos culturales. Las embajadas a nivel mundial realizan eventos sociales para mostrarle a los residentes del país donde éstas se ubiquen los rasgos característicos que representan a cada nación. Resulta muy provechoso acercarse a ver qué tienen para enseñar. Hay maravillas en esas reuniones. Descubrir esos aspectos culturales es hermoso, y el aprendizaje que dejan es realmente agradable y significativo. 

     La música, la literatura , el dibujo y el cine también forman parte de esos descubrimientos. Yo por ejemplo me he dado el lujo de escuchar música de países diversos como Corea, Ucrania, Austria, Alemania, Turquía, Arabia Saudita, Japón, China, Estados Unidos, entre otros. No me ha gustado jamás conformarme con canciones  en mi idioma. De hecho es muy raro que yo escuche música en español. Me ha sido útil porque no sólo domino el inglés, sino también vocablos o frases pertenecientes a otros idiomas. Y ésto nada más por abarcar la música, porque el cine, la literatura y el dibujo funcionan de la misma manera. Y por supuesto no puedo dejar de lado la fuente de aprendizaje cultural más fuerte que existe: Tratar con extranjeros. Sea en persona o mediante las redes sociales. Por cada persona que viene de afuera existe un compendio increíble de vivencias y gustos importantísimos para cambiar la percepción de muchos. Además de ser un hermoso intercambio de creencias, pensamientos y sentimientos. 

     En resumen, no hay nada más peligroso que vivir en la oscuridad de la ignorancia. Ignorancia que muchas veces es provocada por el mismo individuo que se niega a aprender de los demás, bien sea por flojera o por ego, y el venezolano peca justamente en eso también. No hay cultura perfecta o imperfecta, existe sencillamente cultura y ya. Nosotros no podemos vivir con una vendan en los ojos toda la vida, y menos cuando el mundo de hoy exige que nos conozcamos y respetemos entre sí. No podemos hablar de tolerancia cuando somos tan sesgados, creyendo y afirmando que lo nuestro es mucho más fascinante y respetable que lo del resto. No, en el siglo XXI no sólo tenemos que aprender que el Pabellón y la aprepa son  nuestros platos típicos, sino también que en Corea, por ejemplo, uno de los platos tradicionales es el Kimchi, y ¿ por qué no? probarlo o buscar la receta y prepararlo para ser testigos de si sabe bien o no. Tampoco estancarnos en que nuestra música tradicional es el joropo, cuando en varias regiones de África el Calipso es sinónimo de tradición igual de relevante. No, el mundo no es sólo una porción de tierra llamada República Bolivariana de Venezuela y sus habitantes. El mundo es un sin fin de países con sus características respectivas y su gente, y todos ellos son tan valiosos como nosotros. Hay que romper el paradigma de que todo lo foráneo es malo. Lo que es realmente negativo son los prejuicios y tabúes que todavía muchos se rehúsan a desechar. 

      Por eso les invito a que se atrevan. De ese proceso de descubrimiento hay más ganancias que pérdidas. Juzguen  cuando ya hayan probado o visto. Permitan y permítanse aprender sobre los demás para ser personas realmente íntegras, llenas de valores para transmitir. Al que no tenga acceso a las redes sociales, regálenle la oportunidad de saber que afuera hay un universo infinito de costumbres, y por sobre todas las cosas, EDUQUEN para que las próximas generaciones sean tolerantes con el otro.  Eso.... Eso se llama VIDA. 

Madeline Rodríguez.


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